El segundo fin de semana de abril volvió a celebrarse el famoso maratón de la capital francesa, con 50.000 participantes que recorrieron los algo más de 42 km de recorrido. Entre ellos se encontraba Antonio, socio de GMadrid Running, que nos cuenta su experiencia personal en la siguiente crónica.

Nueve de abril, mi segundo maratón en París y el tercero en un año. Justo de entrenamiento (bien de resistencia, mal de potencia) y sobrado de ánimo, gracias sobre todo a que, como el año pasado, Front Runners de Paris había organizado una cena en la que corredores de Frontrunners locales y foráneos nos conocemos, compartimos experiencias y nos organizamos en grupos para el día siguiente. E igual que el año pasado, corrí con mi amigo Matt, de London Frontrunners.

Si el año pasado el objetivo era terminar, porque fue nuestro pimer maratón (qué miedo teníamos y qué euforia sentí cuando crucé la meta después de verter las lágrimas de rigor), el de este año era intentar mejorar la marca. Matt lo consiguió y bajó de las 5 horas (4:51). Yo no sé cuánto tiempo hice, aunque calculo de entre 4:40 y 4:45, porque hubo un error con mi chip y mi tiempo oficial fue de 5 horas a pesar a haber acabado antes que él. Corrimos juntos hasta el km 34 y luego yo aceleré y viví los últimos kilómetros como si estuviera bailando en una discoteca. Consejo para los que corren su primer maratón: dejaos esas canciones de siempre, y sobre todo las más horteras, para el final (¡Las Baccara hacen milagros!). Y consejo para los que acaban el primero y no saben si deberían repetir: hacedlo, cada vez cuesta menos y lo pasas mejor.

Pero el tiempo es lo de menos. Lo importante, lo único importante, es que lo que en enero de 2016 me parecía un sueño imposible se ha hecho realidad, y por partida triple. Ahora me imagino como uno de esos señores de 70 años que corren su último maratón con un cartel en el que se lee el número de maratones terminados. Y espero que cuando llegue ese momento pueda encontrar algún compañero de GMadrid Sports o de alguna organización de Frontrunners dispuesto a tirar del viejo.

En fin, cuatro horas largas corriendo por la ciudad más bonita del mundo en medio de un ambiente excepcional en el que los parisinos, a veces taciturnos y un tanto esquivos, se lanzan a la calle para animarnos con todas sus fuerzas y a pleno pulmón. Un recorrido prácticamente llano, aunque como siempre hay alguna cuesta traicionera, y una organización de primera: decenas de bandas de música, avituallamientos de auténtico lujo y unos últimos kilómetros divertidísimos en los que los clubes de corredores, y cómo no, los Front Runners de Paris, te brindan ese empujón final tan necesario con los grupos de cheerleaders más animados y con más desparpajo que puedas imaginarte.

Gracias a GMadrid Sports y a Front Runners por habernos cambiado la vida a tantas personas y por darnos la oportunidad de quizás aportar nuestro granito de arena a las de los demás. Espero seguir disfrutando de vuestra amistad muchos años más. Y por supuesto, ¡el año que viene nos vemos en París!