El pasado 5 mayo me estrené en mi primera competición de natación, la Prague Rainbow Spring 2018, con algunos compañeros de mi club GMadrid Sports.

Llevo poquitos meses desde que me incorporé a la sección de natación, así que ni se me pasaba por la cabeza meterme en una competición con tan poca experiencia y encima internacional. Pero resulta que algunos de mis compañeros, dado que la competición se iba a disputar en Praga y además durante el puente de mayo, aprovecharon para organizar un viaje a Hungría y República Checa. Y yo, que cuando se trata de viajar por el mundo y conocer nuevos países no puedo resistirme, no lo dudé ni un segundo y les dije: «I’m in!».

Así que el martes antes de la competición nos encontramos Sergio, Daniel, Ángel y yo en Praga, compartiendo un pisazo en el centro de la ciudad. Nos pusimos la gorra de turistas y empezamos nuestros tours. La verdad es que desde el primer momento hubo una gran sintonía entre todos sobre lo que queríamos hacer y visitar, aunque en alguna ocasión nos planteamos tirar a alguien desde el puente de un castillo —Berzal, esto va por ti ;)—. Fue un viaje muy completo: alquilamos un coche para visitar Chesky Krumlov, lugar emblemático de castillos y películas como «The hostel»; conocimos guías turísticos muy enrollados y simpáticos como Alberto y Vani(dosa), que nos hicieron descubrir la maravillosa arquitectura de Praga y los secretos históricos de los pueblos cercanos; nos relajamos en los spa tradicionales checos y por supuesto disfrutamos de la comida y cerveza local… ¡Un plan de 10 sobre 10!

Finalmente llegó el día de la competición, ahí nos encontramos con otros compañeros de clubes de natación españoles y conocimos a nadadores/as de clubes de varias ciudades de Europa. Reconozco que iba un poco nervioso siendo mi primera competición, pero una vez dentro de la piscina, la música del DJ, la amabilidad de los voluntarios de la organización y de los demás chicos/as que competían, hicieron que me sintiera muy a gusto. Me lo pasé superbién, ¡mucho mejor de lo que me hubiera imaginado!

Después de la competición fuimos a celebrarlo a una discoteca de Praga en la que tuvimos la oportunidad socializar con los demás. Fue muy agradable y divertido hablar con participantes de varios países, compartir experiencias, risas y algunas copas.

El domingo siguiente nos despedimos de Praga con un poco de penita y volvimos a nuestra querida Madrid. Regresé muy contento porque lo que para mí al principio era un viaje para participar en un torneo, en realidad fue mucho más. Desde luego ha sido el detonante para que me anime a apuntarme a las siguientes competiciones (ya en España, ¡por supuesto!) y a participar más activamente como voluntario para que este tipo de actividades se sigan organizando y más gente pueda participar y vivir la experiencia como yo tuve la suerte de poder hacer. Pero además, la gran oportunidad de conocer mejor a mis compañeros de viaje, que me han tratado fenomenal y con los que me lo he pasado muy bien, y que a partir de ahora para mí serán muy buenos amigos, con muchas ganas de compartir otras experiencias geniales como esta.

Giancarlo.